Fiscalía logra pena máxima por asesinato en Quito
En audiencia de juzgamiento, la fiscal Ángela Chuchuca Agila demostró el delito de asesinato.
Quito, 6 de marzo de 2017.- 34 años y 4 meses de prisión recibieron José Luis M. M. y Andrés Armando B. V., al ser considerados autor directo y coautor, respectivamente, del asesinato de Royman Andrés P. E.
Ángela Chuchuca, fiscal de Gestión de Audiencias de la Fiscalía Provincial de Pichincha, acusó y comprobó la responsabilidad del crimen con base en pruebas referenciales e indiciarias y directas.
Ante el Tribunal, conformado por Vladimir Samaniego como juez titular, la fiscal Ángela Chuchuca presentó el testimonio del agente investigador del caso como prueba indiciaria.
El funcionario realizó el reconocimiento del lugar de los hechos y la investigación de campo en el lugar donde sucedió el asesinato. Encontró dos testigos, el uno presencial y el otro que miró el crimen desde la ventana de su casa. Ambos coincidieron en los nombres de los perpetradores, sin embargo no entregaron su testimonio porque recibieron amenazas de muerte de parte de ellos.
La prueba referencial que mencionó la fiscal en la audiencia de juicio fue la del padre de la víctima, quien después del asesinato, recibió una llamada del testigo presencial (amigo de la víctima) quien le informó lo sucedido y quiénes lo hicieron.
Además fue amenazado de muerte por dos personas que acudieron hasta su domicilio en dos automóviles: “no seas sapo porque te vamos a matar”.
La fiscal del caso explicó que la prueba referencial o indiciaria es la que parte de un hecho cierto (denominado indicio) que mediante un ejercicio de deducción lógica, lleva al conocimiento del hecho principal que se quiere probar y así no dejar impune el ilícito.
Es decir, sucede cuando a una persona le cuentan un suceso. En este caso al padre de la víctima le contaron -vía telefónica- que su hijo fue asesinado y quienes dispararon, “es decir, esta persona no vio de forma directa”.
Asimismo, lo indiciario está en la información que el agente investigador consiguió de los dos testigos y al padre de la víctima, quienes no testificaron porque estaban amenazados de muerte.
Los hechos comprobados
“Los dos tienen la misma pena porque cada uno tiene su participación en el delito, el uno disparó mientras el otro prestó la moto y condujo antes, durante y después del asesinato para huir del lugar, dijo la fiscal del caso.
El ciudadano recibió cuatro disparos en el pecho, a menos de 60 centímetros de distancia, dijo en su testimonio la médico-legista.
El arma fue detonada por Andrés Armando B. V., alias ‘El Andrés’; en tanto el segundo sentenciado Luis M.M., alias ‘El Peterete’, condujo la moto –de su propiedad- en la que se movilizaron para cometer el ilícito. Esto lo demostró la fiscal durante el juicio que concluyó la tarde del 3 de marzo de 2017.
El crimen se cometió en Carapungo, al norte de Quito, el 22 de enero del 2014, cerca de las 21 horas. El móvil fue la venganza: días antes alias ‘Peterete’ habría apuñalado en el estómago (sin matarlo) a un amigo cercano de Royman Andrés P., quien en respuesta se enfrentó a golpes con los agresores, retirándoles una moto que luego entregó en la UPC más cercana.
Aquel mismo día fue amenazado de muerte si no devolvía la moto, por lo que la víctima le pidió a su padre –vía telefónica- si podía irse a vivir con él porque tenía problemas con ‘el Peterete’. Sin embargo, minutos después de esta llamada, el amigo de la víctima –quien fue testigo del asesinato- le comunicó del crimen de su hijo.