El 26 de noviembre de 1990, Gilberto Tapia Arteaga viajaba desde Maldonado con su hijo menor de edad y un vecino. Su destino era Tulcán, pero la camioneta que conducía perdió los frenos a la altura del control fronterizo del destacamento militar Tufiño del Batallón de Infantería No. 39 Mayor Galo Molina y destruyó la estructura de ese control.
Frente a este hecho, el oficial de infantería del Ejército, Mario Fabián R. E., –sin observar las reglas del uso progresivo de la fuerza, ejerciendo su autoridad y mando como jefe del Destacamento– le arrebató el fusil de guerra a su subalterno y disparó varias veces con dirección al conductor del vehículo, causando una fractura y desprendimiento de bóveda y base de cráneo del señor Gilberto Tapia, produciéndole la muerte instantánea.