Una cruzada para frenar la violencia contra la mujer
Cuatro mujeres, dos de ellas niñas, fueron degolladas en el norte de Quito, en mayo del 2014. A otra mujer su conviviente le mutiló las manos, en el cantón Santa Lucía de Guayas, en diciembre del 2013.
Estos son dos de los cientos de casos de violencia contra la mujer que terminaron en homicidios o intento de asesinato en Ecuador. Según la Comisión de Estadística de Violencia de la Fiscalía General del Estado, entre enero y diciembre del 2013, por ejemplo, se registraron 336 homicidios por violencia de género en el país.
María Paola Córdova, fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales y Violencia de Género, explica que estos casos ocurren debido a diversas causas. “Entre estas están ciertas actitudes de poder y comportamientos patriarcales similares al sistema arcaico en donde predomina el género masculino ante el femenino. Es por ello que se busca un remedio a esta problemática”.
La Fiscal explica también que las agresiones llegan a ser cada vez más violentas, en donde los golpes cada vez aumentan hasta causar la muerte de una mujer. Esto a partir del 10 de agosto, cuando entre en vigencia el Código Orgánico Integral Penal (COIP) será tipificado como femicidio.
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En el Perfil Criminológico, edición cuarta, de la Dirección de Política Criminal de la Fiscalía General, se define al femicidio como “la conducta violenta que se realiza de manera consciente, con el fin de generar algún tipo de daño a la víctima. Esta agresión puede ser física, psicológica y sexual”.
Además en el documento se indica que la violencia física se evidencia en las huellas que deja el maltrato en el cuerpo de la víctima como golpes, empujones, patadas, mordiscos o todos aquellos que son causados por el agresor al hacer uso de sus manos o de objetos.
Otro tipo de violencia es la psicológica –según el Perfil Criminológico-. Esta se refleja en insultos, humillaciones, desprecios o amenazas, en donde la víctima sufre una manipulación que se traduce en sentirse despreciada, indefensa e incluso culpable de las reacciones con su pareja.
Esta violencia psicológica también puede ser de manera económica y social. En la primera ocurre cuando el agresor intenta que su pareja no tenga acceso al trabajo o al dinero familiar, de esta manera la víctima depende económicamente de él.
En la forma de violencia social, el agresor logra aislar a su víctima del entorno, evitando todo tipo de relaciones sociales.
La Fiscalía frente a esta problemática
Ante este problema de violencia que sufre la mujer, la Fiscalía General del Estado promovió la inclusión del femicidio como tipo penal dentro del COIP. Esto con el fin de sancionar a los agresores.
De esta forma, la Institución prioriza la persecución y sanción de los delitos que se derivan de la discriminación de género y violencia contra las mujeres.
Uno de los objetivos es que la víctima conozca sobre los derechos que le garantizan durante el proceso penal. Es decir que cuenta con una protección especializada y la asistencia integral del sistema de protección de víctimas y testigos de delitos sexuales, violencia intrafamiliar y femidicio.
En este propósito de afrontar esta problemática social se elabora un protocolo regional, que permita incorporar varias estrategias como la recolección de información que sirva de referencia para investigar los delitos de violencia contra las mujeres. También que permitan establecer criterios compartidos para mejorar el tiempo de respuesta en favor de las víctimas y se omitan trámite innecesarios.
En esta tarea participan la Fiscalía General, el Consejo de la Judicatura, los ministerios del sector justicia y organizaciones que trabajan a favor de los derechos de la mujer.
Este protocolo será fundamental en la aplicación de los artículos 141 del COIP que, a partir del 10 de agosto del 2014, tipifican el delito de femicidio.
La fiscal María Paola Córdova asegura que con la aplicación de este artículo “se intenta poner fin a esta avalancha de violencia género, en donde la víctima por el hecho de ser mujer sea violentada hasta causar su muerte”.
