septiembre 24, 2015
Relatores de la ONU destacaron la gestión de la Fiscalía en tema de Derechos Humanos
Fidel Jaramillo, director de la Comisión de la verdad y Derechos Humanos (segundo desde la izq.), participó en la cita.
Quito, 24 de septiembre de 2015.- Cooperación y acompañamiento en los trabajos efectuados por la Dirección de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos, de la Fiscalía ecuatoriana, fue el compromiso de Pablo de Greiff, Relator Especial para la Promoción de la Verdad, la Justicia y Garantías de No Repetición y de Ariel Dulitzky, presidente Relator del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias, durante el 30º Periodo de Sesiones Ordinarias del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En el encuentro participó Fidel Jaramillo con un análisis del tema ‘Fin a la Política de Amnesia’, relacionado con los avances en las investigaciones de casos de delitos de lesa humanidad y graves violaciones de derechos humanos en Ecuador.
La exposición suscito interés en las delegaciones participantes y generó comentarios favorables en torno al proceso de verdad, justicia y reparación emprendido por el Estado ecuatoriano, a través de la Fiscalía General del Estado.
Según Andrés Terán, director de Asuntos Internacionales de la Fiscalía, el experto Pablo de Greiff expresó su admiración porque en Ecuador se investiguen casos con sentencias ejecutoriadas como el de ‘Gonzáles y otros’.
La presentación del tema fue organizada por Misión del Ecuador ante los Organismos Especializados de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el 17 de septiembre. Allí estuvieron presentes también, Estela Carlotto, presidenta de “Abuelas de Plaza de Mayo” y Gianni Magazzeni, jefe para las Américas de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas.
De forma paralela, en el salón principal del Palacio de las Naciones Unidas se inauguró la muestra del artista ecuatoriano Pavel Egüez. Esta contiene bocetos del Mural «El Grito de la Memoria», ubicado en los exteriores de la Fiscalía en Quito, así como dibujos y acuarelas que retratan a las víctimas de graves violaciones de derechos humanos registrados a finales de la década de 1970 y principios de 1980 en el Ecuador y en América Latina.