A juicio por el femicidio de su expareja
BOLETÍN DE PRENSA FGE Nº 272-DC-2019
La Fiscalía Especializada en Violencia de Género de La Ecuatoriana espera fecha y hora para la audiencia de juzgamiento.
Quito, 21 de agosto de 2019.– La historia de violencia física y psicológica que Pedro Luis O. Q. protagonizó en su relación de pareja con Ladi Natalia T. B. –y por lo que se separó de él– terminó en muerte.
El femicidio se perpetró con nueve puñaladas, ante la negativa de la víctima a restablecer la unión sentimental. El hijo en común, de 7 años, vio cómo su padre mataba a su madre, la tarde del 16 de junio de 2017. Después, el victimario huyó.
Cuando la Fiscalía y la Dinased acudieron al levantamiento del cadáver, entre los indicios recolectados se encontraron una boleta de auxilio y una denuncia presentada por la víctima.
Dos días antes de este femicidio, el 14 de junio de 2017, Ladi Natalia T. B., de 32 años, inició una causa por contravención en contra de su expareja, quien insistía en estar con ella. Ese mismo día le otorgaron medidas de protección y una boleta de auxilio.
Permaneció prófugo por casi dos años mientras el proceso penal seguía su curso en la Fiscalía Especializada en Violencia de Género de La Ecuatoriana, al sur de Quito, hasta que en un operativo de control de la Policía Nacional, se ejecutó la orden de detención en su contra, el 31 de marzo de 2019. Se había escondido en la Amazonía ecuatoriana.
Además del hijo de 7 años que presenció el femicidio de su madre, la víctima tenía otros cuatro hijos en Quinindé, provincia de Esmeraldas. Los niños, víctimas indirectas de este caso, quedaron bajo la custodia de una tía paterna de escasos recursos económicos.
Llamamiento a juicio
A inicios de la segunda semana de agosto de 2019, el fiscal del caso, Santiago Requelme, presentó su dictamen acusatorio en contra de Pedro Luis O. Q., como autor del femicidio de su expareja, con la circunstancia agravante de haberlo hecho delante de su hijo.
La jueza de Unidad Judicial de Violencia contra la Mujer en Infracciones Flagrantes del cantón Quito, Karen Sánchez, analizó cada uno de los elementos de convicción que conformaron el anuncio de prueba de la Fiscalía, para llamar a juicio al ciudadano procesado.
Los indicios fueron: el acta de levantamiento del cadáver de Ladi Natalia T. B., el informe de autopsia médico legal, las versiones de una vecina que observó al sospechoso cerca del lugar donde ocurrió el crimen, la versión de la empleadora (ya fallecida) de la víctima, que observó el delito; informes de inspección ocular técnica, de reconocimiento del lugar de los hechos y de los indicios.
Además, el informe de contexto social de la víctima y las copias certificadas de la causa de contravención, con la que Ladi Natalia T. B. denunció al procesado.
Dato jurídico
El artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona el femicidio con pena privativa de libertad de veintidós a veintiséis años a “la persona que, como resultado de relaciones de poder manifestadas en cualquier tipo de violencia, dé muerte a una mujer por el hecho de serlo o por su condición de género”.
El artículo 142 establece cuatro circunstancias agravantes del delito para alcanzar la pena máxima del delito. La del numeral 3 precisa: “si el delito se comete en presencia de hijas, hijos o cualquier otro familiar de la víctima”.
Estadísticas
En el sitio web de la Fiscalía General del Estado (FGE) consta que desde el 10 de agosto de 2014 hasta el 4 de agosto de 2019, existieron 343 víctimas de femicidio en el Ecuador, de las cuales 118 tenían entre 25 y 34 años de edad. En más del 70% de los casos, los agresores son personas que tenían una relación afectiva con la víctima, según la información del Subcomité Técnico de Validación de Femicidios, ente encargado de procesar la información sobre el delito de femicidio a escala nacional, del que forma parte la FGE.
Concepto
El femicidio va más allá de delitos como asesinato u homicidio. Es el resultado de un ciclo de violencia sistemática contra la mujer, es la forma más extrema de la violencia de género. Implica una relación de poder y el deseo de obtener dominación y control absoluto sobre la víctima.
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