Más de una década pasó para que el caso “Las Dolores” llegue a juicio

Quito, 20 de octubre del 2014.- El caso “Las Dolores” entró en etapa de juicio luego de 11 años de sucedido el operativo policial realizado en la farmacia “Fybeca”, lo que causó la muerte de ocho personas  y la desaparición de otras cuatro.

El fiscal General del Estado, Galo Chiriboga Zambrano,  acusa a 11 personas  por asesinato, bajo la modalidad de ejecución extrajudicial, constitutiva en una grave violación a los derechos humanos, por los hechos sucedidos el 19 de noviembre del 2003 en esta farmacia, ubicada en la ciudadela La Alborada, al norte de Guayaquil.

La teoría fiscal de caso

Chiriboga Zambrano abrió la audiencia con la exposición de su teoría del caso ante el tribunal conformado por los jueces Wilson Merino, Paúl Íñiguez y Richard Villagómez  y  de la acusación particular y de los procesados. 

El 19 de noviembre de 2003, cerca de las 07:00, un grupo policial especial conformado por 10 agentes de inteligencia y un grupo táctico de 10 integrantes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), dirigidos por el entonces mayor Eduardo G., armaron un anillo externo de seguridad alrededor de la farmacia para entrar en ella, al parecer porque asaltaban el lugar. Pero ahí provocaron la muerte violenta de ocho personas, explicó el Fiscal General.

 Rodearon la farmacia antes, durante y después de las ejecuciones y desviaron el tráfico vehicular y peatonal. Ejecutaron a José Cañar y Jasmany Rosero,  quienes estaban afuera de la farmacia.

Al ingresar a la farmacia no respetaron los principios del uso progresivo de la fuerza, proporcionalidad y racionalidad, y provocaron los asesinatos de los ciudadanos peruanos Raúl Salinas y Miguel Quispe Portilla, así como la muerte de los ecuatorianos  Richard Tello Jácome y Henry Aguilar.

También murieron el mensajero de la farmacia, Guime Córdova, y un cliente que compraba pañales para su hija, Carlos Andrade Almeida. Sin embargo, otra persona que fue herida aquel día ahora es testigo presencial del hecho.

Todas las víctimas recibieron entre cuatro y ocho disparos realizados de atrás hacia adelante y a corta distancia, “en algunos casos las lesiones evidencian que se encontraban sometidos al momento de su muerte, como también será demostrado a lo largo de esta audiencia”, acotó el Fiscal General.

En estos hechos también participó un exagente de policía, Erick S., dado de baja de Policía Nacional por el Tribunal de Disciplina de esa institución. Erick S. llevaba un revólver y esposas e intervino en las detenciones de personas que actualmente se encuentran desaparecidas, evento que también investiga la Fiscalía.

Formaron un grupo policial de forma irregular

Según la teoría del caso expuesta por Chiriboga Zambrano, el grupo policial fue constituido por Eduardo G., sin seguir los procedimientos reglamentarios para armar una unidad especial,  debían cumplir una orden verbal del entonces Comandante General de la Policía Nacional, Jorge P., de supuestamente investigar un posible atentado contra Jaime Nebot (actual alcalde de Guayaquil).

Para ello, el mayor fue trasladado desde Esmeraldas a Guayaquil sin observar los procedimientos regulares, legales y reglamentarios, lo que se demostrará en esta audiencia,  dijo el Fiscal General.

Este grupo, conformado en forma irregular, insistió Galo Chiriboga, tenía  medios logísticos para actuar, como vehículos, comunicaciones, armas, municiones y un lugar de concentración. También se organizaron con roles.

Un operativo policial que desvió su objetivo

Los ahora procesados  afirman que, ese 19 de noviembre del 2003, se dirigían a la ciudadela Las Orquídeas a capturar a uno de los más buscados de la época, Eduardo Castro Carpio, alias “El Marino”. Sin embargo, el informe de Inspectoría General de la Policía Nacional realizado en ese mismo año y entregado en 2004, concluye  que  Eduardo G. no informó de esta acción a sus inmediatos superiores, porque él solo se reportaba al Comandante de ese entonces Jorge P.

Además, según las versiones de los integrantes del grupo que intervino en el operativo, no conocían el sitio exacto al que iban a llegar a la ciudadela Las Orquídeas y los vehículos en vez de trasladarse allá, fueron a la farmacia por rutas diferentes.

“La reconstrucción de los hechos (realizada en enero del 2014) demostrará que las rutas que tomaron todas las patrullas se dirigían a un solo punto: La farmacia Fybeca”, dijo Galo Chiriboga.

 Según la teoría del caso, el mayor Eduardo G. quien no pertenecía a la Policía Judicial del Guayas, “recordó”, de entre cientos de denuncias, el número de placas de un auto blanco robado en Guayaquil, el 11 de noviembre del 2003 y  que casualmente estaba estacionado afuera de esa farmacia, entonces “desbarató el trabajo de inteligencia para la búsqueda de ´El Marino´ y en un caso de delito común en el que debía intervenir la Policía Judicial, dispuso que el personal bajo su mando proceda en la farmacia Fybeca”.

Posteriormente al operativo el mayor González informó mediante un parte policial que mientras estaba “de patrullaje” vio un asalto en progreso, en cuyo desarrollo hubo un enfrentamiento armado.

La Fiscalía también demostrará durante este juicio que se alteró la escena del crimen para ocultar lo sucedido.

La audiencia se instaló en la Corte Nacional de Justicia en Quito a las 09:00. Para esta audiencia se convocó a más de 90 testigos, de los cuales 53 fueron solicitados por la Fiscalía. Como el delito se cometió en Guayaquil, varios testigos convocados por las partes procesales entregarán sus testimonios vía videoconferencia desde la sala de audiencias uno, de la Corte Provincial del Guayas.