A juicio por asesinato
BOLETÍN DE PRENSA FGE Nº 313-DC-2019
Testigos presenciales, pericias científicas y otros elementos de convicción se anunciaron durante la audiencia preparatoria de juicio.
Quito, 31 de agosto de 2019.- Sentado en una banca del parque del antiguo retén de Policía de La Colmena, centro-sur de Quito, Darwin se acababa su último sorbo de cerveza antes de continuar por la cuesta hacia la casa de su madre, cuando escuchó que gente corría muy cerca de donde se encontraba.
Cuando los vio pasar por la calle, cuesta abajo, distinguió a William Paúl C. A. y a Christian Humberto C. T. persiguiendo a un tercer hombre. Segundos después, asomó la cabeza para observar el desenlace de la persecución y vio como –según contó– “atacaban sin misericordia y en el suelo” a la persona que huía de ellos: “le clavaron cuchillos, lo patearon y lo golpearon con palos y fierros”.
Cuando la víctima quedó inmóvil y tumbada boca abajo en el piso, los agresores dieron la vuelta y subieron la calle. William Paúl C. A. iba aún con el cuchillo en la mano.
Asustado por lo que observó, Darwin se escondió y a su paso por el parque los habría escuchado exclamar: “¡Guambra gil! No sabe con quién se metió. ¡Al chamo Paúl se le respeta!”.
Una vez que estuvo seguro de que ya iban lejos, Darwin fue hasta la persona que había sido brutalmente agredida segundos antes, junto a quien estaba su perrito, “Sebas”.
Al voltearlo, vio que se trataba de José Gabriel P. V., integrante de una familia que habita en ese barrio. Enseguida detuvo un taxi y fue hasta la casa del agredido para informar lo ocurrido.
Bajó con el hermano de la víctima para auxiliarlo, pero ya era tarde: había perdido la vida. “Sebas”, su can, no se había separado del cuerpo.
Contexto
Dos horas antes del crimen, Darwin compartía cervezas con su amigo Ángel, en la puerta de la casa de un pariente. De pronto vieron acercarse a la vivienda de la familia de la señora Sara a un grupo de personas armadas con palos, cuchillos y fierros. En ese tumulto se encontraban William Paúl C. A. y Christian Humberto C. T.
Luego de discutir por el robo de un teléfono celular, los dos grupos se enfrentaron a golpes. José Gabriel P. V. (+) se acercó hasta el altercado al ver que atacaban a sus amigos (hijos de Sara) y también lo golpearon. La gente se dispersó al escuchar la sirena del patrullero policial.
Cuando ya no quedaba nadie en la calle, Darwin se despidió de Ángel, tomó la botella de cerveza y empezó a subir la cuesta hasta la casa de su madre. Eran las 04:00 del 13 de mayo de 2019.
El proceso penal
Como resultado de la investigación de estos hechos, en la audiencia preparatoria de juicio, la Fiscalía Especializada en Personas y Garantías de Pichincha anunció a la jueza Ximena Rodríguez, el dictamen acusatorio en contra de William Paúl C. A. y Christian Humberto C. T., como autor directo y coautor de asesinato, respectivamente.
La fiscal Elba Garzón, para respaldar el dictamen, expuso las versiones recolectadas de testigos del delito y las pericias practicadas, como el informe de autopsia y la reconstrucción del lugar de los hechos. La Jueza decidió llamar a juicio a los procesados, pues concluyó que existen “méritos suficientes” para que el caso sea analizado en la siguiente etapa, la de juzgamiento.
También ratificó la prisión preventiva de William Paúl C. A., ofició a la Policía Judicial para que localicen y capturen a Christian Humberto C. T. y dispuso la prohibición de enajenar bienes de los dos procesados hasta por mil salarios básicos unificados.
Como medida de protección para la madre, hermanos, sobrinos, esposa y los tres hijos de José Gabriel P. V. (+), la magistrada ordenó lo estipulado en el numeral 3 del artículo 558, del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que es la prohibición a las personas procesadas de realizar actos de persecución e intimidación a la familia de la víctima, por sí mismos o a través de terceros.
Dos personas más, las hermanas Marcia y Karina Alexandra T. D., también están investigadas por estos hechos, pues también habrían participado como coautoras del delito.
Dato jurídico
La privación de libertad a la persona que mate a otra será de veintidós a veintiséis años, según el artículo 140 del COIP.
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