34 años de reclusión mayor para femicida en Quito

 

Quito, 4 de diciembre del 2015.-  “Femicidio” fue el delito que cometió Segundo Ch., un hombre de 40 años que violó y asesinó a la hija de su conviviente, una adolescente de 15 años. Recibió 34 años, 6 meses y 6 días de reclusión mayor extraordinaria.

Eduardo Estrella, fiscal de la Unidad Especializada de Violencia de Género de la Fiscalía Provincial de Pichincha, probó el delito ante el Tribunal Noveno de Garantías Penales de Pichincha, en audiencia de juicio realizada el 3 y 4 de diciembre del 2015.

La Fiscalía investigó este caso de femicidio desde pericias enfocadas en violencia de género, como la pericia de contexto, con la que se  demostró el círculo de violencia intrafamiliar al que, el ahora sentenciado, sometió a la madre y a su hija desde el 2010. Segundo Ch. agredía física y sicológicamente a las dos mujeres cuando llegaba ebrio a la casa, esa relación de poder sobre las víctimas se dio porque era el proveedor del hogar.

Otra pericia aplicada fue la de rasgos de personalidad del agresor, con la que se demostró que era una persona excesivamente agresiva y violenta en temas sexuales, ya que no controlaba sus impulsos primarios.

En cuanto a la experticia psiquiátrica realizada al sentenciado, evidenció que actuó con conciencia de sus actos y con voluntad de lo que hacía en contra de su hijastra, a la que en una ocasión anterior ya intentó  dañar sexualmente.

Una cuarta pericia presentada ante el Tribunal fue la autopsia sicológica de la víctima, es decir, una investigación en base a entrevistas de las personas que estaban en los escenarios familiares, escolares y otros de la adolescente. Con esta pericia se concluyó la extrema vulnerabilidad de la víctima en un entorno familiar violento y siempre con miedo, precisamente, a ser violentada sexualmente.

“El femicidio es una muerte anticipada”, explicó el fiscal Estrella, en este caso “la víctima fue cosificada por el padrastro, quien al final terminó con la adolescente”.

El Tribunal Penal determinó una reparación integral para la madre de la adolescente de 10 000 dólares, porque ella dejó de trabajar para seguir este proceso penal por justicia para su hija.  Deberá, además, recibir terapia sicológica. Asimismo, el sentenciado deberá pagar una multa de 1000 salarios mínimos vitales (354 000 dólares).

El hecho ocurrió el 8 de agosto del 2015 en Quito. Segundo Ch. aquella noche no actuó solo, el adolescente de 15 años que era novio de la víctima también habría participado en el delito. El padrastro intentó volcar toda la responsabilidad a la pareja de la víctima, pero no lo logró porque hubo una persona a quien se le dañó el auto frente a la casa y que en esa madrugada se percató de la entrada y salida de los dos hombres. En el juicio declaró como testigo de la Fiscalía. El joven es procesado actualmente por la Unidad de Adolescentes Infractores de la Fiscalía.